viernes, 10 de junio de 2011

61 a 63

Mientras continuaba mis grandes aventuras espaciales junto a mi fiel escudero espacial Sancho llegamos a un lugar totalmente magico cerca del sol azul que era un lugar donde solo podian entrar los mas valientes caballeros y en ese lugar vimos un mar de llamas azules que salian de los pies del gran sol azul. Este fue lo mejor que Sancho y yo hemos visto en nuestras vidas. Despues de ese magico momento pasamos en casa de Don Antonio unos dias donde el primer dias nos enseño el magico busto paparaduco que respondia a todo los que le preguntaramos pero tambien nos dijo que los viernes el no hablaba. Despues me acuerdo que salimos a dar una vuelta y todas las personas me saludaban y me di cuenta que el gran caballero espacial Don Quijote era reconocido en cualquir parte del universo por sus grandes aventuras. Una noche hubo una fiesta donde dos muchachas garabinas me sacaron a bailar pero despues de un rato les dije que mi corazon solo le pertenecia a la mujer mas hermosa que ha vivido en todo el universo que era mi Dulcinea del Toboso espacial. A la mañana siguiente fui con unos amigos a preguntarle varias cosas al busto paparaduco. Despues de unos dias me volvi a topar con el famoso libro que nuevamente dije que era una pura mentira. Cuando entramos a unas galeras ocultas en el lado oscuro de la luna pudimos observar como eran tratados los galeotes frenecos. Conocimos a una Doña Ana que resulto ser la hija de Ricote y nos dijo que iba a buscar el tesoro de su padre. Nos conto que tuvo que contarle al rey jupiteriano de Berberia al cual tenia en su poder a su prometido Don Gaspar Gregorio el cual se habia disfrazado de mujer. Nos dijo tambienque el virrey la habia perdonado y que la dejo ir en busca de su prometido. Mientras escuchaba yo esperaba para poder continuar mis grandes aventuras espaciales.

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