viernes, 29 de octubre de 2010

Decima novena entrada

Mientras continuaba mi estancia en la venta espacial estuvo viendo una obra que estaba dedicaba a mi. Mientras la obra seguia tuve que desenvainar mi espada laser y destruir algunos muñecos por que eran moros de la parte oscura de la luna que perseguian a los buenos y yo como un gran caballero espacial tuve que ayudarlos. Pero al darme cuenta de mi herror tuve que disculparme. Al irme de la venta explique que solo habia 4 formas por las cuales uno debe coger las armas para pelear y esas eran: para defender la fe catolica, en defensa propia de la vida, en defensa de la honra, la familia y la hacienda o a un rey. Al rato a mi fiel escudero Sancho y a mi nos empezaron a lanzar piedras de eteorito y entonces tuvimos que salir corriendo. Al ver que ya no nios seguian paramos y le reclame a Sancho por lo que habia pasado pero Sancho me contesto y yo en defensa tuve que decirle que en la historia muchos caballeros habian esperado un momento mientras sus fieles escuderos peleaban contra la multitud. Mientras seguiamos nuestro camino Sancho me dijo que seria mejor si el regresaramos a casa. Yo le respondi ofendiendolo con algunas palabras y al oir esto Sancho se me puso a llorar. Descamos la noche y al dia siguiente continuamos nuestro camino al sector espacial de Zaragoza. Duramos dos dias cuando llegamos al Rio Ebro de estrellas fugazes y encontramos una estación barco espacial y nos montamos. La corriente de estrellas nos llevo hacia una grandes aceñas en la mitad del rio. Despues de esto unos molineros alienigenas me dijieron que les pagara los daños pero yo les dije que con una condición que seria que liberaran al caballero que tenian encerrado. Despues de esta mini aventura retomamos nuestro camino hacia Zaragoza. Mientras ibamos en el camino espacial me empeze a recordar de mi amada Dulcinea. En nuestro camino nos encontramos con una duquesa espacial y a un duque interdimencional. Nosotros los acompañamos hacia su castillo espacial donde el duque y la duquesa querian pasar unos dias conmigo. Y yo los acompañe esparando que mis grandes aventuras espaciales fueran las mejores de la historia.

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